En una de las arterias principales del centro de Jerez, la calle Porvera, se encuentra Manduca, un proyecto empresarial de las hermanas Ana María y Sonia Gaitero que, tras diferentes experiencias en el mundo de la hostelería, se han decidido a abrir su propio negocio. El nombre del restaurante, según la Real Academia Española de la Lengua, significa alimento. Toda una declaración de intenciones.

El local, como muchos de los que alberga la Porvera, conserva en su interior parte del lienzo de la antigua muralla que separaba el intramuros del extramuros medival jerezano. A eso se le suma una decoración exquisita, con una combinación de madera y tonos verdes, donde destaca un sillón corrido y mesas bajas y lámparas de caña. Su barra es amplia, para aquellos que sólo busquen tomarse un refresco, un vino o una cerveza.

En cuanto a la carta, está formada por platos tradicionales, fusionándola en ocasiones con la cocina mexicana y oriental. Así, encontramos patatas y huevas aliñadas, croquetas de puchero, carrillada o montaditos, pero también cochinita pibil o nachos con guacamole y pico de gallo. Uno de sus platos más destacados es el pulpo a la parmentier, así como el tartar, ya sea de remolacha con aguacate y frutos secos (opción para vegetarianos o veganos) o de salmón con mango y zumo de pomelo. Su tosta de sardina ahumada y guacamole es una buena opción para disfrutar con una copa de cerveza o un vino de la tierra, mientras que el solomillo en salsa con patatas es ideal para compartir junto a otras tapas.

Interesante artículo sobre le establecimiento en DIARIO de JEREZ